La fábrica de nubes: una lectura colorida
Título del libro: La fábrica de nubes
Autor: Jordi Sierra i Fabra
Ilustraciones: Viví Escrivá
Editorial: S.MSi buscan una lectura colorida, no busquen más, La fábrica de nubes es el relato indicado. Y es que aunque sí hay ilustraciones en el libro, a la mayoría de las nubes que salen de la fábrica de nubes, nuestros ojos las ven mediante nuestra imaginación, estimulada por la narración, por las palabras. Así, a lo largo del libro el que lee o el que escucha (aún mejor porque puede cerrar los ojos e imaginarse mucho más fácilmente dichas nubes) va viendo un cielo fantasioso, relajante en unas ocasiones, festivo en otras.
Resumiendo el argumento, se trata de una ciudad que tiene que fabricar sus propias nubes. Uno de los pasos más importantes es pintar las nubes porque si vienen cargadas de agua, por ejemplo, pues tendrán que verse casi negras. Pero un día, se quedan sin pintura, entonces Plub - el pintor y encargado de la fábrica - resolverá dicho contratiempo consiguiendo pinturas del color que sea y no con tonos de grises y blanco como es lo habitual.
Me pareció interesante la forma en la que se maneja la estructura narrativa. Para empezar el narrador se dirige directamente al lector, le habla de tú, le hace preguntas. De esta forma se crea una relación entre el narrador y el lector, por lo tanto entre el lector y el libro. Por ejemplo, al final del prólogo lo invita a pasarse al primer capítulo con unas palabras sencillas - “pasa, pasa” - como si lo invitara a pasar a su casa. Además de la narración en sí, el autor aprovecha para explicitar la estructura narrativa de la misma; el niño puede así irse familiarizando con ciertos términos como lo son el prólogo y epílogo. El prólogo viene con el título “Para ir preparando la cosa…”, de esta forma con muy pocas palabras el joven lector puede entender lo que es un prólogo.
Un punto que no me gustó tanto es que debajo de cada capítulo viene como un resumen o un anuncio de lo que va a encontrar el lector en dicho capítulo y a veces alienta al lector a seguir, pero creo que la narración en sí basta para motivarlo con lo cual dichas palabras de aliento sobran.
En cuanto al modelo narrativo, me recuerda un arquetipo habitual en los cuentos, que es el del “bueno” y del “malo”, aunque claro al final el “villano” se vuelve bueno. Uso comillas ya que no se trata de una lucha tal cual sino más bien de una contraposición y no entre el bien y el mal sino entre la pereza y la diligencia. Blam es el director de la fábrica, se preocupa por vestir con “clase” porque considera que así debe vestirse un director y es el último en irse de la fábrica aunque no precisamente porque esté trabajando sino para que los demás piensen que es lo que está haciendo. Entendemos de esta manera que a Blam le gusta aparentar, busca parecer pero no ser. Este personaje contrasta totalmente con Plub: sin él no funcionaría para nada la fábrica. Además le encanta su trabajo y no le importa tener su bata llena de pintura. Es decir, de un lado tenemos a un señor en un traje impecable, del otro a un señor con una bata “sucia”; uno aparenta, el otro trabaja de verdad. El contraste en su vestimenta refuerza la contraposición pereza / diligencia.
La fábrica de nubes da lugar a dos grados de interpretación. La primera puede considerarse moral: trabajar y hacerlo con entusiasmo proporciona una gran satisfacción tanto personal como social ya que Plub alegra a toda la ciudad con sus nubes de colores. Y el segundo grado nos da acceso a una crítica mucho más profunda de la sociedad, como lo hace más que evidente Plub en el capítulo 6. Plub, triste por su despido, no logra consolarse, ni siquiera recordando el hecho de que los artistas son unos incomprendidos. Dicho comentario, en mi opinión es una reivindicación que va más allá de la narración. Plub, el artista, apasionado, creativo resuelve un problema mientras que el director perezoso ni se enteró de lo que pasaba y aparte lo despide porque no entiende que Plub pudo solucionar eficientemente un problema y además de forma creativa. Una crítica social expresada mediante estereotipos me parece algo arriesgada, sin embargo, el hecho de que al final el director acabe entendiendo lo indispensable que es Plub y llegue a sensibilizarse con el arte permite matizar la crítica.
Como lo comenta el narrador al principio, estar en las nubes no debería tener una connotación negativa, así que no hay que dudar en adentrarse a La fábrica de nubes.
Mylene
Foto: nubes en Aguascalientes, 2018
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